Recién escuché a alguien decir que "Luchar por la Paz" es una completa paradoja, tal como "corromper por la legalidad" o "desperdiciar agua para su ahorro". Lo correcto sería "vivir en pro de la Paz", pero...¿cómo lograr una paz sincera con nosotros mismos y con nuestros semejantes?
Lo anterior me viene a la mente debido a mis antiguas notas de la maestría en Mediación, y pensaba en la mediación entre vecinos. En un gran porcentaje de las calles de Monterrey existe, al menos, un conato de pleito entre vecinos por causas tan triviales por el estacionamiento de los autos, las hojas que tiran los árboles, porque "me vió feo", porque "todos los domingos asan carne y se ahuma la ropa del patio", etc.
A veces, consideramos que la "ola de violencia" que se presenta en la actualidad es "porque hay mucha delincuencia organizada", y si bien esto no es del todo erróneo, también es cierto que, ante tal desconcierto, se han multiplicado los delitos del fuero común, la violencia doméstica, el acoso escolar, y demás actividades rutinarias de la sociedad de Monterrey.
Para muestra, un botón: la manera tan agresiva que tenemos para conducir el auto, que a la menor provocación ya estamos sonando el claxon.
Este es el preciso momento de hacer la tregua de paz de abajo hacia arriba, es decir, de nuestro entorno más cercano, al más lejano. Estar bien con nuestra familia, vecinos, amigos, compañeros de trabajo, y si así lo hiciéramos, generaríamos un ambiente más armónico. ¿Quién no lo desea?
Dejemos de lado por un momento la inseguridad y concentrémonos en la seguridad, y la paz, la cortesía, el respeto, y la unión familiar llegarán por añadidura. Y si se trata, ahora si, de inseguridad por delincuencia, no está de más tener a la mano los teléfonos de las autoridades correspondientes!
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