Algo ha de tener el 2 de Julio,
que coincide con fechas memorables.
1. Hace cien años, un 2 de Julio de 1915,
falleció Porfirio Díaz Mori, depuesto presidente de México. Ocurrió en París,
Francia, y tan duramente ha sido juzgado por la historia, que ni sus restos
mortales han pisado tierra azteca desde su salida en vida aquel 31 de mayo de 1911 a
bordo del buque alemán “Ypiranga”.
De Porfirio se habla de todo,
especialmente del deplorable estado de las clases obrera y campesina, en una
especie de esclavitud moderna, sometida a los intereses de empresas
trasnacionales y con sueldos que no solventaban sus necesidades prioritarias.
Poco se habla de la paridad 1-1
entre el peso y el dólar, o de la extensa red ferroviaria, o del inicio de la
era institucional y de la industria moderna mexicana. Eso pasa a segundo
término cuando se pone todo en una balanza. La situación en el país era muy
efervescente, y al detonar la Revolución Mexicana, Porfirio Díaz -con su
lejanía social producto de tantos años de Gobierno, fue el villano perfecto.
2. Setenta y cinco años después
de la muerte de Porfirio Díaz, el 2 de Julio del año 2000, luego de siempre
existir presidentes emanados del Partido Revolucionario Institucional (o sus
antecedentes históricos PNR y PRM), llegó un candidato del Partido Acción
Nacional, Vicente Fox Quesada, a ocupar la primera magistratura del país.
Fox, carismático político
guanajuatense, y de peculiar estilo en el vestir, hacer y decir, fue un
fenómeno electoral en tiempos en que la ciudadanía presentaba un hartazgo
generalizado hacia el partido oficial, y la falta de resultados en temas de
vital importancia.
Al final, Fox desilusionó a
muchos mexicanos que creyeron en él, tal vez fue presa de la inexperiencia
política, o de los compromisos adquiridos en una campaña ostentosa. Sus
recientes declaraciones de legalización de las drogas, especialmente la
mariguana, distan mucho de la imagen de estadista que se desea de un ex
presidente.
3. Y el 2 de Julio de 2015,
fallece en la Ciudad de México “el vocero oficial” del sistema
presidencialista, oficialista y Priísta. Se trata de Jacobo Zabluduvsky.
Jacobo, periodista mexicano de
origen judío, fue desde el sexenio de Luis Echeverría, hasta los últimos
minutos de Ernesto Zedillo, la sala de prensa de Los Pinos. Toda información –o
desinformación- de relevancia para el país, pasó por su redacción en
Chapultepec. Jacobo nació, creció, y dio frutos junto a la evolución de los
medios. Decía que cuando la televisión llegó “él ya había llegado antes”, al
grado que se convirtió en el periodista por antonomasia en nuestro país.
Por los programas de Zabludovsky
desfilaron los políticos más influyentes de América Latina, a sabiendas de que
era el lugar en el que debían estar para dar un mensaje, y que ese mensaje
fuera recibido por las masas. Curiosamente, el mismo sistema al que tanto
defendió, fue el mismo que lo orilló a salir de Televisa, en el año 2000.
Tres personajes del siglo XX, que
tienen en común la nacionalidad, la cercanía con el poder, y…el 2 de Julio.
Será la historia quien termine de juzgarlos.
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